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Página: Ateneo Lorquino, El (Lorca). 23/2/1877, página 11.

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Texto	ATENEO LORQUINO 5^. esencial diferencia entre las relaciones de los pueblos y las de los individuos, la posibilidad de esta sanción no puede desconocerse. Seria un insensato el que tratase de denDOstrar que el derecho civil es una utopia, porque hubo un tiempo en el mundo ja anarquía feudal. Las naciones son seres morales que en nada se oponen á la exis lencia y cumplioiiento del derecho en ellas; en el terreno de la ciencia son per.sonas jurídicas que llevan en sus propias determinaciones la necesidad del derecho. Como sus relaciones y circunstancias son más complejas, la dificultad es más grave, pero no por eso es insoluble. ¿Cuántos siglos han pasado para que el derecho penal no sea una venganza ú una crueldad horrible y formulado en principios científicos, sea á la vez que una sanción social un medio regenerador para el culpable? Y aun en esto, todavía queda mucho por hacer. El derecho es la vida, ha dicho un autor célebre. La moral y el derecho son dos círculos concéntricos que se desarrollan en un mismo plano. El hombre social no puede vivir sin el derecho, como la conciencia no puede existir sin los fundamentitles principios de la moralidad. Componiéndose las naciones de individuos, formao entre si un organismo que tiene derecho a moverse entre los otros con relativa autonomía é independencia, á la manera que en el concierto de los mundos los astros recorren sus órbitas relacionadas entre sí sin confundirse ni embarazarse en su camino. Hay otra razón además deducida de la intima esencia de las nacionalidades, y que es decisiva, respecto á la existencia del Derecho internacional. El derecho es esencialmente uno, como todos los principios fundamentales: sus aplicaciones son determinadas por las diversas necesidades de la vida, para garantir á la personalidad en todas sus manifesiaciones. La existencia de diversos pueblos supone un lazo de unión que ayude al cumplimiento de la justicia, y aun es esto mas necesario en los pueblos que en los individuos, por cuanto sus relaciones son mas complejas y mas funestas las consecuencias de una perturbación. Ahora bien: este lazo de unión, no os ni puede ser oiro, que el derecho. De la misma manera que las necesidades del individuo redaman el derecho civil, su seguridad el derecho penal, su condición social el derecho público, así la existencia de los pueblos, reclama el derecho internacional. Las naciones, dice un distinguido publicista, tienen igualrqenle su individualidad: es tan sagrada como la de ios honíbres: ambas proceden de Dios. Los escollos y caldas con que tropiezan las ideas en el calvario de su desarrollo y perfeccionamiento; las injuslicias que parecen haber tomado carta de nnturaleza en el seno de las sociedades: los abusos de la fuerza que tañías veces han retardado el cumplimiento de los fines juridícos, serán alo sumo, razones que demueslrea la imperfección humana y ja constante lucha á qiiej,
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