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Página: Folletines coleccionables (Lorca). Página 10.

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Texto	,^tiai«^(,;,.¿..\|áía. coronel le recibió con una- jovialid.id que nó leerá habitual, anuiician. ^9.9"^ "^^^^^ entonces'ofrecía. el juego-..un-Jiuevo,interés,.puesiba—el.» • caballero de Ménars á darle impulso con su buena estrella. En efecto: los primeros cortes fuéronle favorables como siempre; empero cuando confiado en su invariable fortuna, exclamó: —Va rodo lo de la banca,-^perdió de un fifolpe una cantidad considerable; y el coroT nel por lo comün impasible,, tanto en buena como en mala suerte, recogía el oro dé su antagonista con todas las muestras del placer más vivo. . ' ..; .. .. Desde aquel instante eclipsóse para siempre la buena estrella del es-; poso de Angela, quien jugaba cada noche y cada noche perdía,, hasta. _. . que no le quedó más que la suma de unos dos mil ducados en papel. Corrió todo el día para realizarla en. metálico, lo que no logró hasta muy tarde, y por. la noche, cuando con las monedas en el bolsillo se disponía á salir de casa, Ángela que presintió un desastre, se arrojó á sus pies bañándoíselos en. abundantes lágrimas, y por la Virgen y por todos • los santos del cielo, le suplicó que no la precipitase en la miseria. . . El caballero la levantó, y abrazándola con dulzura, le dijo con vpr apagada:—Angela, Angela de. mi corazón! es ya imposible que me contenga, es menester .que siga al destino qué me subyuga... Pero, mañana, sí, mañana habrán cesado todas tus penas, pues te juro'por la Divina Providencia que nos contempla, que hoy juego por- última vez. Tranquilízate, mi dulce amiga, cjuerme y sueña en una existencia muy feliz, .--, _... que esto me traerá suerte. - Y luego de dicha.s palabras, abrazóla riue. .vamente y salió precijjitado. . En dos cortes I9 había perdido todo, todo enteramente. Infnóvíl perr manecía junto ai afortunado coronel, con la mirada fija sobre el tapete, ' como si estuviera anonadado.—rCórao? No. apuntáis ya, caballero,-r-le dijo su rival barajando los naipes. —Lo he perdido todo,—contestó-el caballero esforzándose en mostrarse tranquilo. • —Es posible que nada'enteramente os quede?-^repuso, al siguiente corte. \ -^Ya no soy más que un triste mendigo,—exclamó el caballero con voz colérica y temblorosa, sin separar sus miradas del tapete y,no adr virtiendo siquiera que la banca iba perdiendo más y. más, y que el cqro,nel continuaba jugando sin inmutarse. • , . • —Sin,embargo, tenéis una mujer muy linda,—le dijo en voz baja» .' sin mirarle siquiera y barajando nuevamente. "20 . '. ' . . " —Qué queréis decir con esto?—exclamó el' caballero con arrebato^ ' ".flliepti:í^s.élj:oronel seguía jugando sin contestarle;. ..'..• . V:.. • —Van veinte mil ducados pOr...-Ángela?—volvió á'dec¡ir"én:''fel'^mis-^>r-*«.r^r«»»r=s mb tono, soltando por un instante la'baraja. El caballero permaneció silencioso, reanudó.ne el'juego, y como vieseque todos los naipes iban siendo contrarios á la banca -r-Acepto,—exclamó al oído del coronel, al empezar un nuevo corte, y •vaya sobreestá sota. . ' . ' . Ai primer golpe, la sota había perdido. ' '" . ' " . Hízose atrás el caballero rechinando los dientes,.yéndose á apoyarse- -• en una ventana, con la muerte impresa en el semblante. '; ' • Concluyó el juego: el coronel se le acercó.y le dijo-con -voz zumbona: —Y bien: Qué vamos á hacer? —Ah!—exclamó el caballero fuera de sí,—es cierto, que me habéis-reducido á la miseria, pero debería tomaros por loco si imaginarais ha- . ber podido ganar 4 mi mujer. Vivimos acaso entre-salvajes, 6. es una esclava mi esposa, para que en un momento de extrayío haya . podidovendérmela ó jugármela? Sin embargo, como reconozco que habríais^ soltado los veinte mil ducados si llega á ganar la sota, renuncio á tododerecho sobre ella, tan sólo si consiente en abandonarme . por seguiros. Venios conmigo y desesperaos j.1 ver cómo, os desprecia,, horrorizada ' con sólo el pensamiento-de convertirse en vuestra infame concubina^. • —Desesperaos vos mismo, taballerp—repuso el. coronel con- sardo- . nico acento,—si antes que.á mí_os desdeña á vos, que habéis labrado su desgracia, y se arroja á mis brazos con deleite... Desesperaos cuando s e páis que se cumplirá nuestro, común anhelo, bendiciendo la Iglesia nuestro enlace.... Y me llamabais insensato!...-Ohl .Tan sólo, quería eC > ' derecho de aspirar á s u mánO; pues su corazón.me: pertenece, ya Hace-.." .:._• tiempo. Sí, caballero: antes que á vos me amaba, me amaba con pasión,, ; . " ^ pues habéis de saber que yo soy Duvemet, su amigo de la infancia,, educado con ella, á ella unido con los vínculos del corazón, y separado ' ^ únicamente gracias á vuestras satánicas seducciones..Sólo cuando partí., para la guerra, Angela reconoció lo que valía, y cuando yo Ib supe, ya era tarde. El infierno me inspiró la idea de entreg.árme al juego para arruinaros y perderos, os he seguido.hasta Genova, y por fin acabo de- ":•.•'. lograrlo. Ea, pues! Ahora vamos á ver á vupstra esposa! Permaneció el caballero "aniquilado y como herido de un .rayo: de r e pente se desplegaba ante sus ojos aquel secreto fatal que se le ocultaba,, comprendiendo la infinidad de sufrimientos que había acumulado en ei. ¡ii•!t: T-r-t».\| I X. • ! " üSWiW'ii'.i.O
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