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Página: Folletines coleccionables (Lorca). Página 7.

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Texto	pasión por ella! Prestadle tan solo la. vijjésiniK. parte de sus- bienes, que me habéis ganado... Si Ya lo sé! Ya sé que os ' dejaréis enternecer!... ' A n g e l a ! Pobre hija'iníal... Y entre sollozos"/ligrimas", repetía'con aceii-"" to desgarrador el nombre-de su hija. • — Y a os he dicho que esta farsa ridicula empieza A sacarme de quicio,— repuso el caballero con enojo y.arrebato, al mismo tiempo que aparecía unajovenj cubierta con un blanco peinador de. noche,, esparcidos los cabellos, pintada la.muerte en . el rostro, arrojándose sobre-el anciano, levantándolo,.estrechándolo contra su-seño y. e.xclamando: . .TrriJPadre mío!. Ló sé todo!-Todo, lo he oído! .Y qué importa que hayáis pierdido toda la fortuna?... N o os queda acaso vuestra Angela?... No sabrá cuidaros, ahora como nunca? Oh, padre inío! No -os humilléis ya más delante de ese monstruo! N o hay qué dolerse de nosotros, sino de él, miserable en medio de sus riquezas, y abandonado á un espantoso aislamiento, sin un corazón que lata, junto al suy(i,sin un alma que responda á sus dolores. •• •--.:;-• . .Venios conmigo y salgamosal- instante de. esta casa, para que ese hombre no pueda continuar cebándose en vuestros sufrimientos. '• ". Vertuá cayó desmayado en un sillón'; Angela se puso de rodillas delante de él, y - cogiendo sus mano.»; las cubría de.besos-y caricias, enumerando con infantil inocencia los talentos y:conocimieritos, que pensa- • ba poner en práctica para - proporcionarle una vida-arregiáda,.".suplicáiv'' • dolé con lágrimas, en los ojos que.; desterrase toda inquietud,- y asegu--."rándole que sería feliz el..día en que debiera bordar,, coser 6 cantar, no. por.recreo, sin^.para ganar su subsistencia. ;-.. • . '•^ .."Qué pecador empedernido hubiera podido permanecer indiferente arit e e s t a g o v e n , resplandeciente, de celestial" belleza,.-hablando: con-dulce acento y prodigando al anciano-los-tesoros del íimor.más puro y de la cnás'acendrada piedad filial?.. El ;caballero sintió en tales-momentos tor-^ . turársele la conciencia, viendo-en la joven.un ángel-vengador, cuya miradaldesvanecíailas nubes-de la locura- y del crimen que-^ le.ofuscaban para.hacerle -aparecer ante sus-propios'ojos con toda-la hedionda desnudez de su indigna, conducta., .. . • • Hasta entonces, no sabía qué era amor, y al contemplar á Angela sintióse subyugado á un tiempo por una pasión, violentísima y un dolor sin esperanza, pues no .se atrevía á concebirlas,.-comparándose-con una joven.como aquella: sin tacha y tan encantadora. :.'•-:. .::':.- :-. •. .-• ". ;Quiso hablar y no pudo, cual si una parálisis.le. hubiera invadido la lengua;, por fin,,reuniendo todas su fuerzas, dijo con voz temblorosa: • '14, — Oid, ¿"rfi/or • Vertua;.. nada os he ganado... nada absolutamente... aquí está mi cajita... es vuestra... ya sé que os debo más... que sois mi "'ácreédói*.';."Perb tomad por él-momento'....tom'ácl.'.r^''-''''"" •'-''-•'••"• ?•'— — Hija mía!—e.tclamó Vertua. Y levantándose la joven, dirigióse al caballero, y midiéndole con altiva mirada, le dijo:—Sabed, caballero, que hay algo que vale más que el oro y la fortuna, y son los buenos sentimientos, que son. desconocí-' dos, los cuales nos -proporcionan conisuelos inefables. Yo rechazo con desprecio vuestros dones y ofrecimientos; g u a r d a d - e s e dinero, prenda • . de la maldición que os persigue, j u g a d o r sin freno y desalmado!;;" ,\;;;"r;;,: —Sí, — e.Kclamó-el caballero fuera de sí;—ábrase el infierno á mis plantas, si esta mano vuelve á tocar un solo\ naipe.... pero si la v u e s t r a " me rechaza, vos. seréis la causa-de mi Irreparable -pérdida... Qué! No me comprendéis? Ah! Tomadme por un loco, que harto.lo sabréis todo, cuando venga á vuestras., plantas á levantarme la tapa de los sesos.. Angela! De vos-depende. mi vida ó mi muerte... Adiós! '. . - , • .• Precipitóse el.caballero fuera del aposento, presa de la. mayor.desesperación. Vertua.adivinó su estado y recordando-, lo. que á él mismo .le : había sucedido, hizo comprender á su hija que ciertas fcircunstáncias p o dían imponerle la obligación, de aceptar la oferta-del caballero.. Angela se e.xtremeció ante" esta idea, considerando; q-ue aquel hombre n o - e r a digno más que de eterno'desprecio; pero el destino, arbitro dé. los humanosrintentós, debía dar'á todo aquello un. desenlace imprevisto. .: Parecióle al caballero haber despertado de una horrible pesadilla, y viéndose al borde d e un aBismó, tendió los brazos hacia la-celestial figura que acababa.íde aparecérsele;.:-' .. - • - -..-; :•.--.;•;..:-••:.-• •-:• ¥:• ! S -I;-ll-- IV D e repente desapareció lá banca del caballero de Ménars, dejando á París-absorto, y como no se le viera en parte- alguna, corrieron acerca de: esto los más anómalos é infuadados rumores. . • • . . . • • • Pero era la verdad que el caballero evitaba todo contacto con su antigua sociedad,entregado á los sombríos pesares d e su amor. Paseándose 4 -I V-.Ti L.,n«»jjjuj» l!^^^J«l-J•¿.»Wi!l^J\|jW^4Hl.^,^.l! ^'U!WA•=^^'il^^^^i;^,^y•^pi»r#lWIMp^j2^^
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