$pandora.name v$pandora.version

Página: Ateneo Lorquino, El (Lorca). 8/3/1877, página 11.

Hemeroteca > Fondo Cultural Espín CAM de Lorca > Ateneo Lorquino, El (Lorca) > 8/3/1877 > Página 11.

Ejemplares y páginas. Ordenados de más antiguo a más reciente.

Página 16.053 de 281.484. Resultados: 281.484. Ordenados

Página

Campos

N.º de página
Texto	ATENEO lORQUlNO 75. fueron de grande importancia é interés. Subyugados aquellos eo un principio á la dominación de los califas y no encontrando otro consuelo á su desgracia mas que el de procurarse un alivio en la cultura intelectual con el comercio de los sarracenos, biea pronto les fue fá«il conocer que aquella raza, que en son de guerra y conquista había llegado á su país abrigando la intención de apoderarse de toda Europa, era mucho más sabia é inteligente de lo que se figuraban y desde entonces comenzaron á estudiar con ardor las mejores obras de sus más insignes escritores con el objeto de apreciar debidamente las infinitas bellezas que en todas se descubrían. Comenzó poco después la lucha inmortal inaugurada por Pelayo en las escabrosas é inaccesibles cumbres del territorio cántabro; y los altivos españoles, que mas que ninguna otra cosa atendían é vencer con su valor y su pujanza las atrevidas huestes de la media luna, hicieron caso omiso del desenvolvimiento intelectual y desr preciaron en odio á los constantes enemigos de su religión y de su patria la cultura de estos, hasta que pasados algunos siglos y cuando ya el estandarte del Profeta ondeaba únicamente en el reducido espacio de una de nuestras más poéticas provincias meridionales; consagráronse algunos, muy pocos, pero los mas inteligentes, á perfeccionar sus conocimientos, mejor dicho, á darles mejor dirección y mas acertado giro con la lectura de las obras arábigas y acojiendo con verdadera fé y solícito entusiasmo sus mas importantes reformas científicas. La literatura arábiga en aquella época había llegado á un alto grado de brillo y esplendor, y nuestros sentimentales poetas dedicando todos sus esfuerzos á conocer su forma, lograron inspirarse en ella para dar á la suya propia aquel tinte de dulzura y espresion que caracterizaba k la de los ilustres é inspirados vates agarenos. La Iglesia cristiana durante el dilatado número de siglos que duró la lucha de la reconquista fué la tínica depositaria'de las ciencias; pues entre el fragor de los combates, y los trastornos y mudanzas consiguientes á tan anormal estado del país, era de todo punto imposible que ninguno pudiera dedicarse á su estudio, tanto mas cuanto que la necesidad imperiosa de asegurar su independencia era lo único á que constantemente atendía el pueblo hispano, deseoso de vencer y dominar á sus fatales enemigos. Los moros por su parte no desatendían por esto sus estudios y procuraban eslender por todas las regiones europeas sus conocimientos científicos, que mas tarde, abriéndose paso do una manera rápida y decisiva fueron i iluminar aquellos grandes centros de enseñanza de donde salieron tantos ilustres genios, y que formaron, por decirlo así, el nuevo resumen de doctrina dada á conocer á la juventud por los mas grandes profesores de las Univer-
Descripción